¿Dónde estáis Caballeros (¿gallardos?)?

Publicado por Amir Valle | Publicado en De Literatura | Publicado el 30-01-2013

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Ángel Santiesteban va a la cárcel. Así de simple.

El sistema judicial cubano demuestra, una vez más, que no existe justicia para quienes piensan distinto a Raúl Castro que claramente pretende convertirse en dictador a lo chino, es decir, combinando engañosamente supuestas reformas económicas y sociales con mayor represión. Los tontos, estúpidos e ilusos de buena y mala fe que tanto abundan en nuestro mundo abrirán sus bocas asombradas ante las “reformas” y callarán, una vez más, ante la represión.

Ángel Santiesteban va a la cárcel y nadie dice nada. En internet circulan todas las pruebas que demuestran su inocencia, todos los videos donde los testigos confiesan que han sido forzados a declarar contra Ángel, a mentir para crearle al escritor una imagen de delincuente. Y hasta este momento no he visto a ninguno de los intelectuales que se proclaman adalides de la justicia pronunciarse públicamente contra una maniobra tan sucia, tan rastrera. Sus nombres no aparecen ni siquiera comentando los numerosos artículos de defensa que otras personas han publicado en estos días, desde que el sistema judicial cubano condenara a este destacado escritor a cinco años de cárcel.

 

¿Por qué insisto en que los intelectuales se pronuncien?

1.- Porque la estrategia del gobierno ha sido intentar criminalizar a un escritor que ha ganado todos los premios literarios de su país mediante una obra que es reconocida nacional e internacionalmente. Y acusar de criminales a pensadores y creadores de ideas contrarias a quienes detentan el poder ha sido y sigue siendo una estrategia de las dictaduras, sean de derecha o de izquierda.

2.- Porque Cuba tiene una prolífica y heroica tradición donde los intelectuales marcaron el rumbo de la historia, definieron estrategias sociales, encauzaron el pensamiento social y ahora tienen una oportunidad de que no somos, como aseguran en muchas partes del mundo, “ovejas que balan al ritmo de la batuta de los dictadores, de los hermanos Castro”.

3.- Porque fuera de Cuba hay cientos de intelectuales prestigiosos que conocen personalmente o han leído la obra de Ángel Santiesteban y ahora tienen la oportunidad de demostrar que en verdad, como algunos dicen, levantan sus voces contra la injusticia allí donde se cometa. Y en este caso estarían apoyando a un colega, a alguien que puede tener diferencias ideológicas pero no es un fundamentalista que siembra el terror, no es un político corrupto, no es un banquero desalmado… es sólo un escritor que escribe la dura verdad cotidiana de su país en sus libros y en su blog.

4.- Porque antes de que el escritor Ángel Santiesteban, por obra y gracia de la represión cultural y política, fuera metamorfoseado de mariposa a gusano, como he escrito en otro artículo, muchos de esos escritores cubanos y extranjeros se proclamaban “hermanos”, y era normal oírles alabar la “hermosa inocencia de Angelito”, “la inmensa humanidad de Ángel”, “ese corazón con patas que es Ángel”, “la fidelidad de Ángel con sus amigos, a prueba de todo”…

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Son cuatro estos “porque”, ¿lo notan?  Y es con todo propósito, pues cada uno merece una respuesta:

1.- Es necesaria la respuesta al hecho de que la dictadura de Raúl Castro, que sólo  algunos ciegos o algunos oportunistas ven como “un paso adelante” si se compara con los tiempos de gobierno de Fidel, sigue utilizando a los intelectuales (a los de izquierda, precisan desde La Habana) como la maquinaria más perfecta de soporte a una dictadura que ataca cada día las libertades que dicen defender esos intelectuales. Es hora de que se sacudan el lastre pútrido de tamaña ignominia y limpien sus conciencias.

2.- Es necesaria una respuesta rotunda a la arbitrariedad de condenar por sus ideas a un escritor “en la Cuba libre y soberana de Raúl Castro”. Es hora de que los escritores y artistas cubanos residentes en la isla se unan para defender los derechos de alguien como Ángel Santiesteban, alguien a quien (por si no bastaran las pruebas que circulan en internet) ellos conocen de sobra como para saber que no es ese criminal al que un oficial de la Seguridad del Estado (el agente Camilo) anunció que “¿no te bastan con los cinco años de cárcel que te vamos a dar?” semanas antes de que los tribunales (que dicen actuar independientemente de la policía política) dictaminaran (¡oh, casualidad!) esa misma sentencia: 5 años. ¿Dónde están, ahora mismo, todos esos que armaron aquel alboroto nacional e internacional cuando vieron que la televisión cubana homenajeaba a dos antiguos represores? ¿Dónde están los pronunciamientos a favor del derecho de Ángel Santiesteban a pensar y escribir distinto por parte de todos esos que juraron estar dispuestos a hacer lo que fuera para que los tiempos del funesto “quinquenio gris” no regresaran a Cuba?

3.- Es necesaria la respuesta condenatoria de muchos de esos escritores e intelectuales que pasan buena parte de su tiempo siguiendo las noticias de lo que pasa en Cuba (muchos de ellos que conocen al escritor Ángel Santiesteban o a su obra). En aras de ser coherentes con el discurso que suelen esgrimir en sus blogs, en sus artículos en la prensa o en entrevistas, es hora de que así como condenan el “criminal bloqueo” de Estados Unidos contra Cuba, así como condenan las nefastas políticas del actual gobierno español y de la Unión Europea, así como apoyan la huelga de hambre de un escritor que en España muy dignamente decidió ayunar para apoyar a un compatriota encarcelado injustamente, así como critican abiertamente los atentados contra las libertades y los derechos humanos que se están cometiendo en España y otros países de Europa, o así como condenan el ataque contra lo alcanzado en sus países en materia de bienestar social, se pronuncien también contra las nefastas e ineficientes políticas de la dictadura en Cuba contra las libertades y los derechos humanos de sus ciudadanos, como se hace evidente, una vez más, en esta absurda e injusta condena contra Ángel Santiesteban; alguien que, por cierto, también hizo una huelga de hambre pidiendo su propia libertad (sin que ninguno de estos “justicieros intelectuales de izquierda” apoyara la campaña que lanzamos denunciando su ilegal y arbitrario arresto en el cual, además, fue golpeado salvajemente, como demostramos con fotos); para no decir que muchos parecen olvidar, cuando defienden cualquiera de las estrategias de maquillaje que de cara al mundo realiza la dictadura, que para millones de cubanos de la isla las palabras “bienestar social” suenan a ciencia ficción.

Eduardo Heras León (al centro) y Francisco López Sacha (a la derecha) junto a Ángel Santiesteban (entre Heras y Sacha) cuando todavía eran "hermanos".

Eduardo Heras León (al centro) y Francisco López Sacha (a la derecha) junto a Ángel Santiesteban (entre Heras y Sacha) cuando todavía eran «hermanos».

4.- Finalmente, es necesario que den una respuesta aquellos que han estado bien cerca de Ángel Santiesteban durante casi ya treinta años y que hoy están en puestos de poder o influencia o relaciones suficientes como para poder evitar que sea encarcelado ese mismo Angelito, el escritor, su “hermano” hasta hace poco, alguien con el que compartieron alegrías y tristezas, momentos terribles y de gloria. He jurado muchas veces no escribir en mis artículos críticos el nombre de ningún colega, de ningún amigo o antiguo amigo. Lo he cumplido, salvo en el caso de mis críticas públicas contra la inmoralidad del más inmoral y oportunista de los escritores cubanos: Miguel Barnet, quien también debería hacerse el favor de pronunciarse apoyando a ese Ángel Santiesteban que no por casualidad es miembro de la UNEAC, la institución que Barnet preside.  Pero ahora rompo ese juramento y, para citar sólo a quienes en Cuba sé que estuvieron hermanados con Ángel Santiesteban, pregunto: ¿dónde estás tú ahora, Abel Prieto, que tantas veces mencionaste a Ángel como el mejor cuentista de mi generación y, en dos ocasiones ante mí, elogiaste el gran ser humano que es?; ¿dónde estás ahora Eduardo Heras León, tú, que pasaste años enteros hablándonos de la necesidad de poner la ética y la verdad como única condición válida para alimentar nuestras vidas y nuestras obras con el sello de la autenticidad literaria y humana?; ¿dónde estás ahora Francisco López Sacha, tú, que sabes bien cuán limpio, cuan humilde, cuan grande es el corazón de Ángel Santiesteban? Puedo mencionar a otros, pero ahí lo dejo. Sólo bastaría que ustedes tres se sentaran a conversar (igual que en otras ocasiones se confabularon en acciones nobles e innobles y ahora más que uno de ustedes está al lado del dictador, tú, Abel) para evitar que lancen a Ángel Santiesteban detrás de las rejas. Sé que Ángel intentará convencerme de que no tienen otra opción que la de callar, mirar a otro lado, hacerse los sordos. Sé que los perdonará si no mueven ni un dedo a su favor, incluso en los momentos más difíciles de esa prisión que hoy amenaza su vida.

Pero créanme todos, escritores, artistas, intelectuales de la isla o de otras partes, aludidos en estas palabras, si Ángel Santiesteban tiene que cumplir aunque sea un día de esa injusta condena debido al silencio por miedo o conveniencia, sé que siempre que piense en sus nombres, en sus carreras profesionales, en sus libros escritos y por escribir, encontraré como mi respuesta aquellas dignas palabras que el gran Eliseo Diego pronunció ante los desmanes que comenzaba a vivir la gente de nuestro pueblo a causa de la locura enfermiza de poder de esos mismos políticos que hoy desgobiernan a Cuba: “que los perdone Dios, yo no puedo”.

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