La historia nazi de Charles Chaplin

YR Comunicaciones, Abril de 2015
Yeiver Rivera

 

En el mundo entero se han hecho homenajes en este 2015 al genio de la actuación Charles Chaplin, pero Amir Valle, el premiado y connotado escritor y periodista cubano, tenía una deuda de honor hace muchos años con la memoria de este personaje y con su familia.

Por eso, bajo el sello Grijalbo, lanzó al mercado su más reciente novela Nunca dejes que te vean llorar. «Esta no es una novela histórica, aunque si quiere ser un homenaje a la permanencia del legado humanista de ese artista genial que fue Charles Chaplin», dijo el escritor.

Valle encontró, a través de historiadores alemanes, norteamericanos e israelíes, y documentos personales de varios políticos nazis cercanos a Adolfo Hitler que, en la primavera de 1941, Hitler vio la película El gran dictador, de Charles Chaplin, en compañía de dos de sus ayudantes y de Joseph Goebbels.

Distintas evidencias y fuentes históricas se refieren al deseo de Hitler de secuestrar al cómico inglés con un objetivo:  «Sería bueno ir a buscar a Chaplin, traerlo aunque sea a rastras al podio en el Templo de la Luz y preguntarle si es posible tener delante a un pueblo sediento de gloria y revancha, y comentar esas bobadas melodramáticas que dice su personaje al final de la película», pudieron ser las palabras de Hitler, recuerda Valle.

También diversos biógrafos del mítico Ernesto Che Guevara, documentos personales del Che y testimonios de amigos y familiares, refieren que en 1952, en una corta estancia en Miami luego del primero de sus viajes por América Latina, tuvo la idea de secuestrar a la actriz Marilyn Monroe, al pelotero Joe Dimaggio y a Charles Chaplin, con la intención de mostrarles la cara depauperada de esos países por los cuales él había viajado junto a Manuel Granadas para provocar un gran impacto mediático que denunciara al mundo la dura realidad latinoamericana.

Y es muy conocido que, en 1978, tres meses después de la muerte de Chaplin, fue robado su cadáver de la tumba en el cementerio de Corsier-sur-Vevey, Suiza, con propósitos oscuros que hasta hoy permanecen en la sombra.

Como puede comprobarse en numerosos documentos, artículos y entrevistas a testigos, existen versiones muy diferentes sobre los verdaderos responsables del robo, a pesar de que la justicia suiza condenó al polaco Roman Wardas y al búlgaro Gandscho Ganev por robar el cuerpo y pedir un rescate a la familia.

La versión más interesante fue justamente la que menos se divulgó. Según ésta, un grupo de neonazis había robado el cadáver con la intención de vengarse por las burlas que Chaplin había lanzado contra el Führer. «Fue esa versión la que elegí para narrar esta historia». !En noviembre de 2006 pude entrevistar a una joven neonazi alemana que, por razones de seguridad, llamaremos S.R. Asqueada de todo ese mundo fascista, al cual se vio obligada a entrar en su adolescencia, se rebeló contra un peligroso entramado neonazi en Europa, impulsada entre otras razones por las enseñanzas de amor que, de niña, le sembraron las películas de Charles Chaplin», dijo Amir Valle.

El libro, que se consigue en librerías colombianas, es la segunda novela no cubana del escritor, quien es bien recordado en el país por el éxito  de su libro Jineteras.