Uno de los primeros críticos de mi obra comenta sobre «El aliento del lobo»

Publicado por Amir Valle | Publicado en De Literatura | Publicado el 12-11-2024

Dos momentos para mí memorables: Castell con mi libro (él en Zaragoza; yo, en Berlín) y en Cuba, años ha, junto al cineasta Fernando Pérez y Ernesto Santana, el día que presenté su primer libro de cuentos.

Dos momentos para mí memorables: Castell con mi libro (él en Zaragoza; yo, en Berlín) y en Cuba, años ha, junto al cineasta Fernando Pérez y Ernesto Santana, el día que presenté su primer libro de cuentos.

 

 

 
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«El aliento del lobo» y los muros de agua

 
 

Por Enmanuel Castells Carrión

 

He dudado cómo iniciar esta reseña. No calzo toga sobre mis hombros ni visto traje de crítico literario. Soy, ahora mismo, un hombre común apachurrado que coge calma para oxigenarse y reflexionar sobre aquel pensamiento martiano cuando el hijo más grande de Cuba dijo: «Creo en el mejoramiento humano».

El responsable y no culpable de este estado sobrecogido que me embarga es el escritor Amir Valle Ojeda, quien me ha preguntado mis apreciaciones sobre su libro «El aliento del lobo, la Stasi, el muro de Berlín y la vida de nosotros». Y al término de su lectura en la pág 333, no he hecho otra cosa que quedarme en silencio, pensando, con la vista fija en algún punto del dolor y la admiración. Pareciera que estoy en algun nivel sideral como si fuera un pequeño Dios, rebobinando todo lo leído y paralelamente, viendo la vida de su autor. Leía, y más allá de la revelación de  datos escalofriantes, la reconstrucción y repaso por la historia de una Alemania divida por un muro, y la confirmación fehaciente de cómo el Departamento de Seguridad del Estado Cubano fue el mejor hijo de la Stasi alemana; pensando en Amir meditaba hasta dónde un hombre desterrado, en plena facultad de sus padres, en pleno inicio de vida y formación de su hijo más pequeño, en pleno reconocimiento de su grandeza como autor nacional, pudo soportar estoicamente, él y su esposa Berta Medina, la desgarradura creada sin piedad por un gobierno al que le molestó que uno de sus «hijos favoritos, gracias a las conquistas» removiera en un libro, la llaga del tapeado y álgido tema de la prostitución en Cuba. En viaje por España, de regreso a la isla, Fidel Castro le negó la entrada y ello lo llevó al  frío Berlín, lejos para un siempre impredecible, de los suyos más cercanos y arraigados. Y me preguntaba cómo pudo en esos años aciagos, un hombre de tan fina sensibilidad, sobrevivir con imparcialidad ética vertical, todos los intentos de desmoralización que la policía política de Cuba no ha parado de gestar en su contra.

He leído «El aliento del lobo» hasta cierto punto, horrorizado, dudando de la verdadera capacidad de amor entre los hombres, espantado como Martí en su momento, de la bestialidad que engendra desde sus entrañas nuestro semejante común. Yo, que me siento más espiritual que el Espíritu Santo y más fervoroso que la mayor esencia del amor, no me veta ni me ciega mi altruismo y positivismo para conocer la naturaleza que identifica actitudes tan cromañonas y paleolíticas como el homo sapiens de Darwin, incluyendo el avance tecnológico que a la postre ha llegado a funcionar como herramienta del exterminio masivo.

«El aliento del lobo» va de cómo la contrainteligencia alemana, asesorada y creada en sus inicios por la KGB rusa, fue desarrollando patrones de aniquilación moral y física de todos aquellos individuos contrarios o desafectos a una política dictatorial, a un régimen recriminatorio de derechos humanos y civiles, lacerando la vida de opositores a una ideología imperante como es el esclavismo moderno al que el Socialismo sometió a tantos pueblos de Europa sin legítima democracia y que en países como Cuba aún se vive la impiedad de su mecanismo demoledor contra todo tipo de aspiraciones y sueños. En consecuencia, el libro de Amir muestra la preparación que recibió el departamento de la Seguridad del Estado Cubano por parte de la Stasi y los intereses que desde el mismísimo 1959 se gestaron para acabar con la vida de tantos «incómodos». La naciente revolución cubana necesitaba fortalecer su aparato de seguridad frente a los intereses de ocupación de E.U en la isla, y la isla que le estaba sirviendo de traspatio a la URSS, recibió todo el apoyo alemán, cuyos métodos de inteligencia en el sistema espionaje tenía acumulado excelentes gestores desde 1950 al termino de la segunda guerra mundial. Al día de hoy, no temo en equivocarme si afirmo que Cuba ha sido superior a su propio maestro; aquel aparato cesó en 1990 mientras en la isla, los casos de incriminación se suceden cada vez con mayor ferocidad en cualquiera de las ramas de la sociedad. Este fenómeno o método tiene muchos modus operandis, compuesto por un equipo multidisciplinario de especialistas que se encargan de estudiar tus puntos más débiles (en su mayoría  relacionados con tu vulnerabilidad familiar). Se llama Biodegradación y va desde la tortura psicológica por medio de intimidación, coacción, represalias, prohibiciones, persecuciones, hasta llegar a lo más profundo de lo antropológico en una especie de aniquilación social moral que te hace sentir No Persona, algo así como la nada absoluta. En muchos casos y según «tu pecado de turno», deciden no matarte, no te encierran; sencillamente te aniquilan hasta dentro del propio núcleo familiar que siempre te ha acompañado, desmoralizando tu credibilidad y confianza. Se especializan en cometer asesinatos sociales trenzando diferentes hilos invisibles,  imperceptibles, creando y vendiendo de tí la imagen más oscura y negra de tu existencia.

Amir Valle siempre me ha parecido ser un gran periodista, un tipo que no se contenta con el esplendor de las ramas en la primavera y baja a las raíces más profundas de su investigación, ya sean gélidas, oscuras y a veces impenetrables sombras del horrible invierno (o infierno ) Y eso hizo con «El aliento del lobo» al tener delante suyo, expedientes desclasificados que narran el atroz proceso de persecución y desacreditación de muchos hombres y mujeres comunes al paso diario. Hombres traidores y traicionados, mujeres usadas como anzuelos y después desprestigiadas, intrigas y recovecos aún por desentrañar de la historia como sondear la verdad más cercana al asesinato de Jhon F. Kennedy. Entrevistó a varias víctimas y victimarios marcados durante el proceso que generó la división de la Alemania por un muro que hace poco cumplió 35 años de su demolición y que tantas vidas cobró por una diferenciación ideológica dentro de un mismo mapa geopolítico. Mucho investigó, mucho compiló; aunque no lo pudiera poner todo; pero el libro también sirve para catapultarlo como escritor a otra dimensión de su ya vasta bibliografía de historias cubanas que de un modo u otro, están salpicadas de estas macabras maniobras de aniquilación y desmoralización. No es lo que más le interesa, pero yo que me he leído casi toda su obra, descubro la solidez de su oficio, el rigor incuestionable de su estilo de trabajo desde su incipiente juventud, su inacabada capacidad fabulativa- figurativa en esa suerte de género fusionado entre ficción y testimonio. Leerlo, aunque duela, es una fiesta que la inteligencia celebra.

Si bien el libro me estremece, me entristece, me despierta sentimientos de aborrecimiento por lo que aún en mi país el gobierno sigue poniendo en práctica las más inclementes medidas de hostigamiento, persecución y encierro, celebro que un hombre cristiano, un fervoroso creyente de la existencia de Dios como justicia divina, haya podido calzarse la vestidura del mejor evangelio posible en su oficio de periodista y narrador de marras, y haya logrado concebir un volumen esclarecedor, iluminador, orgánico, coherente, direccional, que no solo pone en tinta detalles que se conocen de ante mano por otros libros, películas, documentales o entrevistas, sino que apunta en dirección a Cuba (…y la vida de nosotros) donde estos métodos siguen haciendo academia eficiente de una dictadura feroz, totalmente anti humana…hasta el día en que se caerán, definitivamente, los muros de agua que rodean a la isla.

Zaragoza, España, Otoño del 2024.

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