Un estúpido crimen contra la memoria

Publicado por Amir Valle | Publicado en De Literatura | Publicado el 19-03-2013

Amir_Valle-Mordzinski

Guadalajara 2002 – Fondo: mural de Ramón Alejandro.

Le Monde destruye los archivos fotográficos
de Daniel Mordzinski

 

“Si Daniel no te ha retratado, no eres escritor, vamos”, me dijo en Guadalajara 2002 el pintor cubano Ramón Alejandro, invitándome a que posara junto a mis amigos, los también escritores Guillermo Vidal y Antonio José Ponte, frente a un mural de una de sus maravillosas, y únicas, ensoñaciones pictóricas (ya sabemos, porque más que pinturas son mundos, ensoñaciones). Y luego allí, con una inmensa papaya “ramónalejandrina” a mis espaldas, me metí en la panza, bajo la camisa, los libros que traía en la mano y lo dejé tomar, muerto yo de la risa, la que sería mi primera imagen personal para sus archivos.

Años después, una y otra vez, Daniel Mordzinski me perseguía: “a ver si acabamos de actualizarte en mis archivos, hombre”, me decía. Y así coincidimos en varios eventos hasta que en 2010, en la primera edición del Festival de la Palabra, de San Juan, Puerto Rico, luego de tomarme varias fotos acompañado por otros colegas escritores, me hizo caminar por entre los autobuses coloridos frente al recinto ferial y allí, al tenerme atrapado entre dos de aquellos autobuses pronunció la palabra que yo había escuchado otra veces en su boca: ¡perfecto!, para luego decirme que la foto atrapaba el espíritu de opresión que había en buena parte de mis novelas.

Mordzinski-amir

Festival de la Palabra, San Juan, Puerto Rico, 2010.

Podrían escribirse muchos libros con las anécdotas que muchos tenemos de cómo Daniel Mordzinski “nos cazó” para alguna de sus fotos. Persecuciones que, si se escribieran, ofrecerían a los lectores uno de los más entretenidos y alucinantes libros jamás escrito. Publicado, no lo dudo en absoluto, estaríamos en presencia de un bestseller en todas las lenguas. Pero más allá de lo anecdótico ese libro reflejaría el respeto que sentimos todos los escritores, incluso muchos que no han tenido la suerte de conocerlo, por el trabajo profesional de ese hombre que se ha ganado el título de “Fotógrafo de los Escritores”. Ese libro, que debería ser leído por esos seres invisibles y cobardes que permitieron (o provocaron, no se sabe) que estos archivos del trabajo de casi 30 años se perdieran, sería un libro donde demostramos nuestro más profundo respeto y admiración por un profesional como Daniel Mordzinski que nos ha ganado a todos respetándonos y admirándonos.

Una de las locuras que Daniel Mordzinski logra con los escritores. Arriba: Gabriela Alemán (Ecuador), Pilar Quintana (Colombia) y Karla Suárez (Cuba). Abajo: Ezequiel Martínez (Argentina), Antonio García Ángel (Colombia) y Amir Valle (Cuba).

Una de las locuras que Daniel Mordzinski logra con los escritores. Arriba: Gabriela Alemán (Ecuador), Pilar Quintana (Colombia) y Karla Suárez (Cuba). Abajo: Ezequiel Martínez (Argentina), Antonio García Ángel (Colombia) y Amir Valle (Cuba).

Ni siquiera en un mundo como el nuestro, donde cada día se pisotea la memoria de los pueblos, lo mismo allí en las naciones “prósperas y cultas” que en las naciones “pobres y salvajes” del Tercer Mundo, es aceptable un acto de vandalismo como el que contra ti han perpetrado. Y disculpa si mis palabras ofenden tu reconocido espíritu de diálogo, esa vena de Caballero que te caracteriza, pero cuando utilizo la palabra perpetrar (cometer, consumar un delito según el diccionario), lo hago porque a estas alturas de mi vida nadie me va a convencer de que allí en el diario Le Monde alguien cometió el error de destruir tus archivos fotográficos sin “darse cuenta” de toda la fuerza cultural, histórica, memoriográfica de esas etiquetas de los archivos que destruían, en las que podía leerse: “Cortázar”, “Semana Negra de Gijón”, “Borges”, “étonnat voyageur”, “escritores españoles”, “escritores portugueses”, “escritores libaneses”, “escritores israelíes”, “escritores franceses”, “escritores africanos de lengua francesa”, “escritores del Caribe”, “escritores latinoamericanos”, “escritores italianos”… ¿Alguien creerá que podamos ser tan estúpidos como para tragarnos el cuento de un lamentable error? ¿Tendremos que tragarnos esa historia y pensar que pudo ser efectivamente un error, como bestias atontadas, cuando hasta este 19 de marzo de 2013 ni siquiera han tenido la dignidad de reconocer públicamente que son culpables de la destrucción de más de 50 mil fotografías que recogían momentos cumbres, importantes, definitorios en la historia de la Literatura Universal?

Los directivos del diario Le Monde (que por cierto, no debe confundirse con Le Monde Diplomatique), ni siquiera desembolsando todas sus arcas empresariales o personales (seguramente repletas, pues eso es hoy lo que les importa a la mayoría de los dueños de periódicos) pagarán el daño que han perpetrado al destruir esos archivos. Porque la verdad, querido amigo, querido Daniel Mordzinski, la absoluta verdad es que no es sólo un atentado contra tu obra; es también un atentado contra nuestras obras y es, sobre todo, para mayor vergüenza de los directivos del diario Le Monde, un atentado de lesa humanidad contra la Memoria de la Cultura Universal del Siglo XX y de lo que va del siglo XXI.

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