Canarias 7, Islas Canarias, España, 10 de julio de 2002
EFE-Gijón
Escritores colombianos, cubanos y mexicanos de novela negra coincidieron ayer en constatar que la realidad de sus respectivos países supera cualquiera de las ficciones expuestas en sus libros y es una «ingente fuente» de inspiración.
Los mexicanos Juan Hernández Luna, Antonio Eduardo Parra y Mauricio Schwarz, junto a los cubanos Lorenzo Lunar Cardedo y Amir Valle mostraron ayer su visión sobre el género negro, desde la perspectiva caribeña, que comparten los colombianos Jorge Franco Ramos y Mario Mendoza.
En una conferencia de prensa celebrada en el marco de la Semana Negra de Gijón, todos estos escritores reconocieron que la novela negra en sus países se alimenta de los ingredientes que le ofrece la realidad que le rodea lo que convierte sus obras en una «especie de novela costumbrista», según precisó el cubano Amir Valle, uno de los escritores que más elogios está recibiendo en la decimoquinta edición de la Semana Negra.
El cubano Lorenzo Lunar, aún sin publicar en España, explicó que para él escribir es un compromiso como artista con la realidad de su tiempo.
«Los discursos literarios quedarán como testimonio para la historia, y por eso agradezco a mi país que me de tantos temas para escribir y razones para hacerlo», añadió Amir Valle.
A su juicio, Cuba y sus problemas sociales ofrecen, «material de primera mano para escribir novelas negras sobre la prostitución, la droga, el mercado negro o la doble moral» y afirmó que esos asuntos «están ahí e inciden en la población, cambiando su vida y creando conflictos». Lunar ahondó en la idea de su compatriota y explicó que para los escritores el reto está en «contar literalmente esa realidad y que el lector se la crea», lo que tiene como clave «los rapidísimos cambios sociales que se dan en Cuba y no en otros países».
Pese a esa característica peculiar cubana, Amir Valle cree que «la sociedad universal está en crisis de valores y en Cuba se muestra con una serie de características muy peculiares». En la perspectiva mexicana, marcada por «la decepción del anunciado cambio democrático del presidente Fox», según Hernández Luna, y por ser el país que mejor «vende internacionalmente una imagen falsa de su primer mundo», según Schwarz la novela negra también actúa como filtro de la realidad «entremezclando todos los estilos».
Hernández Luna recordó que desde «el narcotráfico y la inmigración ilegal del Norte, a la guerrilla zapatista en el sur, pasando por el crisol de México D.F. o la prostitución infantil de la zona turística costera» en su país tienen «todos temas para cientos de novelas».