Primera Hora, Puerto Rico, 12 de julio de 2003
La Redacción
Amir Valle Ojeda responde a una generación de escritores cubanos curtidos bajo las grandes obras de Cintio Vitier, Alejo Carpentier o José Lezama Lima.
Pese a su juventud, el creador de La danza alucinada del suicida, Ciudad jamás perdida, Manuscritos del muerto y En el nombre de Dios ya ha sellado su andar literario colmándose de valiosos galardones, como el Premio Nacional de Cuento 13 de Marzo (1986), Premio Nacional de Testimonio UNEAC (1988), Premio Nacional de Cuento Manuel Cofiño (1999), Premio Razón de Ser de Novela (1999) José Soler Puig de Novela (1999) y La llama doble de Novela Erótica (2000).
En esta ocasión, el también periodista nos sorprende con su nueva obra Las puertas de la noche, una novela policiaca muy bien trabajada en la que se presenta la historia de un grupo de pescadores que rescatan el cuerpo de un niño violado y asesinado en las aguas de la bahía de La Habana.
El texto experimenta la soledad y la muerte, en una búsqueda incesante por descifrar los enigmas de un mundo convexo. Esta joven producción del joven literato se une al catálogo de obras que ha cultivado y que han obtenido valiosos y merecidos reconocimientos como Tiempo en cueros, Yo soy el malo, Quienes narran en Cienfuegos, Ese universo de la soledad americana, Con Dios en el camino, Si Cristo te desnuda y Muchacha azul bajo la lluvia.
En el plano internacional, Amir valle Ojeda ha obtenido varios galardones literarios, destacándose el Premio Internacional de Ensayo Próspero Morales Pradilla de Colombia (1997).