Crítica, Panamá, 23 de noviembre de 2013
Por Rosalina Orocú Mojica
Para que el amor patrio, entusiasmo y valores que fueron pilares en la vida de Hugo Spadafora (asesinado el 13 de septiembre de 1985, durante la dictadura del general Manuel Antonio Noriega) sirvan de faro a la juventud panameña, carente de ideales y modelos y porque Panamá tiene una deuda con «el médico guerrillero», fue escrito Hugo Spadafora- Bajo la piel del hombre.
Amir Valle, un cubano, periodista y escritor ganador de importantes premios literarios en la isla caribeña y allende las fronteras, con más de 20 obras de su autoría, fue contratado por la familia Spadafora para cumplir con la tarea.
Fue para él una apasionante misión. Hurgó en la memoria de decenas de personas que conocieron a Hugo.
Más de 200 entrevistas, incontables anécdotas y testimonios, miles de fotografías y emociones entremezcladas le permitieron ir armando la estructura de la voluminosa obra de 683 páginas que salió a la luz pública esta semana, con el sello de Santillana (Aguilar) y cuya gala será el próximo martes 26 de noviembre, a las 7 p.m. en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero.
Amir también tuvo que hacer de «ratón de biblioteca». Esto no es nuevo en él. De hecho, de niño prefería rodearse de libros, en vez de participar en deportes u otros juegos con niños de su edad, según ha dicho en entrevistas en otros países Amir Valle, quien llegó a Panamá la tarde de ayer. El miércoles se trasladará al corazón de Panamá, la Península de Azuero, puesto que en la Universidad Popular de Azuero, a las 7 p.m. habrá otra presentación de la publicación que presenta a Hugo Spadafora y sus batallas internas y externas.
Valle trató de presentar más que al héroe, al idealista, al hombre de carne y hueso que con sus virtudes y defectos se hizo de un nombre nacional e internacionalmente y que no se dejó doblegar ni avasallar, defendió sus ideales hasta el último momento, aunque le costó la vida.
Formado en una familia de estrictos valores éticos y morales, donde la educación fue instrumento que abrió su mente y corazón a otros mundos y sueños para Hugo Spadafora la libertad, el respeto, el justipreciar al prójimo y el trabajo honesto eran pilares fundamentales. Esto lo constató Amir Valle en diálogos con cientos de amigos, familiares y allegados de Hugo, así como otras personas que siguieron la trayectoria del joven idealista y profesional que además era bien parecido y había «cruzado el charco», como suele decirse en Panamá.
Aunque no lo sepa. O quizás, sí. Solo Dios sabe, Hugo se ganó otro admirador en Amir, quien al adentrarse en el pasado halló mil y una razones para sacarse el sombrero ante este panameño que bien supo hacer honor a la tierra que le vio nacer, aunque los jóvenes de hoy no hayan tenido la oportunidad de conocerlo.
Por ello, para saldar parte de la deuda que se tiene con Hugo Spadafora, por designios de Dios, en buena hora, el periodista y escritor Amir Valle, oriundo de Santiago de Cuba, quien reside hace 9 años en Berlín, desde que Fidel Castro le negó el derecho a retornar a su patria, fue el elegido para novelar la vida de Hugo.
En Panamá, Chitré, Costa Rica, Nicaragua y Washington recabó información. También la obtuvo de Guinea Bissau.
Fueron horas y horas. Días. Meses.
Abdiel Juliao, Guillermo Sánchez Borbón, Mayín Correa, forman parte de la larga cadena de entrevistados.
El más bien noctámbulo escritor- con dos o tres horas de sueño la pasa sin problemas por más apretada que esté su agenda- hasta altas horas de la noche trabajó ordenando datos, cotejándolos, corrigiéndolos.
«La conmoción creada por la invasión de Bahía de Cochinos (1061) encontró en mi espíritu terreno fértil para una toma de conciencia irreversible, el camino lo ví claro ante mí: en adelante no podría dejar de luchar por los ideales de justicia social y de reivindicación de los derechos nacionales de los países oprimidos por el imperialismo. Durante esa crisis internacional (y personal), llamé por teléfono, junto con otro estudiante latinoamericano, a la Embajada Cubana en Roma, para ofrecernos como voluntarios a combatir en la heroica Isla, por la dignidad e independencia latinoamericanas. El mismo Embajador nos informó que la invasión ya había sido derrotada…» Esto es parte de lo que escribió Hugo Spadafora en su obra «Experiencias de un médico guerrillero», y que cita Amir Valle en su libro, que estará a la venta en las principales librerías del país, como Librería Cultural, Exedra Books y El Hombre de La Mancha.
Se había encendido la llama. Un idealista se había encontrado a sí mismo. Ahora sabía cuál era su misión.
Anhelaba fervorosamente ser parte de quienes luchaban para romper cadenas de opresión en Latinoamérica.
De él, pero también del mozalbete jugueton que compartió inolvidables momentos con su hermano Winny en Bolonia donde cursaron estudios universitarios y aprendieron tantas lecciones de vida se ocupa Amir Valle en la obra, donde retrata las distintas facetas de la compleja personalidad de Hugo, que ya en la natal Italia de sus ancestros estaba dando qué hablar y participando en manifestaciones públicas.
Relata en la publicación la vida del «recién graduado de Medicina dispuesto a entregar la vida por una causa» (allá por 1964) .
También relata la anécdota de cuando Hugo tiró al mar su pasaporte. Se había propuesto al regresar a Panamá hacer valer sus derechos de panameño sin tener que mostrar sus documentos de desembarque a las autoridades extranjeras, de Estados Unidos, que amparándose en el mal habido Tratado Hay-Bunau Varilla, ocupaban la entonces denominada Zona del Canal.
Hay espacio también en las páginas de Hugo Spadafora- Bajo la piel del hombre, para hablar de los amores y desamores del apuesto joven, del hombre maduro.
Sus viajes (Egipto, África…) y cómo cada uno lo marcaría de alguna forma y lo haría reafirmar su compromiso social y lo llevarían a cumplir su destino son otro tema del que se ocupa el escritor.
Igualmente habla de traiciones de las que fue víctima, de premoniciones, la mano de Dios, causalidades…no dejan de llamar la atención en el relato de Amir Valle, donde se entretejen los personales de una historia real que no pudo y no quiso evadir como protagonista principal Hugo Spadafora, que para unos era el enemigo, el «Dr. Shivago» panameño, para otros un loco o un soñador y que el autor califica de idealista y auténtico, firme en sus decisiones, de «escogido por la historia».