La Estrella de Panamá, 20 de marzo de 2014
Por Yolanda I. Crespo D.
Conocí al doctor Spadafora en casa de mi cuñado Gilberto Arias, en una de esas inolvidables cenas que daban mi hermana y su esposo. Hugo llegó con mi prima hermana, con quien salía en esa época. Era encantador, sus ojos claros eran muy expresivos, culto, sensible, parecía un príncipe, tenía don de gente, varonil, bellísima persona. Opacaba a los demás, por su inteligencia, franqueza, rebeldía, me imagino que siendo tan apuesto, lo envidiaron y traicionaron.
El escritor cubano Amir Valle escribió una espléndida obra, que es un homenaje a la vida de Hugo Spadafora, publicada gracias a los esfuerzos de la licenciada Briseida Bloise, gerente de la editorial Santillana.
Me enfocaré en su vida sus ideales, sus sueños, su pasión de vivir una vida intensa y productiva. Su vida y su terrible muerte cambiaron la historia nacional.
Esta es una celebración de la vida del médico guerrillero, que fue viceministro de Salud.
El autor reconstruye la vida, es un magnífico libro, extenso donde no falta nada; pero, a pesar de las 683 páginas, se lee muy bien. Valle se adentra en la existencia del valiente doctor Spadafora, educado en Italia, su estancia en Egipto, tierra de faraones, su vida familiar y política, sus vivencias como guerrillero idealista, luchando siempre por defender los derechos de los marginados. La lucha por la libertad marcó su vida.
Su familia es muy querida en Chitré, en el libro aparecen muchas fotos, entre ellas una con su esposa María Elenita y sus dos únicos hijos: Hugo y Afrique, a quienes amó intensamente.
Hugo vivió en plenitud, murió de manera terrible. Su recuerdo permanecerá por siempre en nuestras vidas y será un ejemplo de lucha y dignidad.
La obra, que está muy bien escrita, relata sus amores de juventud con la bella Isolda Berbey, su novia de cuatro años, Sandra Casanelli, su novia italiana, que lo acompañó en África en la guerrilla en la lucha por la independencia de Guinea Bissau. El inmenso amor a su padre, la estrecha relación familiar. Su labor como médico preocupado por el bienestar de los marginados. Internacionalista, luchaba por sus ideales, aunque le costara la vida. Un panameño universal, que luchó por derrocar la dictadura somocista en Nicaragua, comandante Ramón, su frustración, las traiciones que le tocó vivir. Trató de ayudar a los indios misquitos. Siempre fiel a sus ideales bolivarianos. Hugo Spadafora era valiente y solidario con los más necesitados. Fundó, con el doctor Ricardo Velásquez, una clínica donde regalaban las medicinas, tuvieron que cerrarla, porque quebraron. Viajaba con el pasaporte del doctor Velásquez, que era muy parecido a él para protegerse.
Detonador de la invasión, visión amplia sobre la realidad de los hechos, protagonismo.
Odiaba la guerra, pensador, admiraba a su maestro Amílcar Cabral, compañero de lucha, era un individuo iluminado, abundan anécdotas de su vida donde se muestra su humanidad en esta biografía novelada.
La trágica muerte del doctor Spadafora marca el momento más importante en la lucha contra la dictadura militar, donde hubo otros desaparecidos y muertos, como fue el caso del padre Gallegos y muchos más. Visión histórica de su vida a través de cartas, entrevistas, escritos rescata y reconstruye la vida personal y las luchas de Spadafora. Testimonios reconstrucción de la historia de Hugo, el pueblo se levantó para clamar justicia. Gran investigación, encontramos fragmentos de sus libros Experiencias y pensamientos de un médico guerrillero y Las derrotas somocista y sandinista en Nicaragua.
Siempre Hugo fue admirado, respetado, su trágica muerte desgarró el alma colectiva de este país. En su tumba reza: ‘Aquí reposan los cuerpos de dos almas heroicas, donde el padre es la cabeza del hijo; y el hijo, el corazón del padre’.