Carlos Alberto Montaner
Nota de contraportada
Hugo Spadafora fue lo que en inglés califican como alguien “larger than life”. ¿Cómo era? Caractericémoslo: panameño universal de origen italiano nacido en el seno de una familia querida y notable por su fuerte compromiso social. Médico sin frontera cuando nadie hablaba de eso. Valiente, carismático, apuesto como un actor de cine, idealista, luchador por la libertad y contra todas las injusticias. Peleó en África contra el colonialismo y en Nicaragua dos veces: primero frente a la dinastía militar de los Somoza y luego contra la dictadura prosoviética de los sandinistas. Finalmente, el 13 de septiembre de 1985, los peores sicarios al servicio del general panameño Manuel Antonio Noriega, hombre fuerte de Panamá –nominalmente presidido por Nicolás Ardito Barletta–, lo asesinaron de la manera más abominable. Tras torturarlo, lo decapitaron y tiraron su cadáver al río. Spadafora tenía al morir 45 años. Su asesinato, lejos de ser inútil, fue el revulsivo que dio brío a la lucha contra la tiranía de Noriega.
Un personaje de ese calibre y con esa casi asombrosa historia personal necesitaba una gran biografía. Se titula Hugo Spadafora: bajo la piel del hombre, y la ha escrito Amir Valle. Amir es un excelente y experimentado narrador cubano radicado en Alemania. Su libro es una biografía novelada porque alguien como Spadafora requería mucho más que un frío recuento de su agitada vida. Necesitaba el ojo y la mano de quien sabe elegir los elementos clave de una historia, dotarlos de una prosa noble, y darles el tratamiento dramático que merecen. El libro, pese a la extensión, se lee rápidamente. La impresión que deja en el lector, sin embargo, dura para siempre.