Deudas

Sussette Cordero

El 12 de febrero de 1982 vine al mundo, justo a tiempo para despedirme de Julio Cortázar, uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, un ídolo del relato corto, y uno de los grandes de la literatura universal. Julio murió el día de mi cumpleaños, dos años después que nací.

Muchos años después sentada frente a mí pc, leía uno de los testimonios más dolorosos y reales que jamás se escribieran, a mí modo de ver, Habana Babilonia o prostitutas en Cuba de Amir Valle. Él ya vivía en Alemania y estaba desterrado del panorama literario cubano por ser un traidor.

Soy de las personas que reconocen el valor de cada cosa. Así como desprecio la irreverencia dada a quienes no lo merecen, se reconocer que alguien tiene o no la razón y me enorgullezco de poder hacerlo con la mayor sinceridad de este mundo, esa es mí mayor virtud, estoy segura. Envié a Amir Valle un email donde lo felicitaba por esa magnífica obra. Le dije que consideraba que su premio Casa le estaba otorgado, a fin de cuentas, Habana Babilonia lo hizo famoso entre las personas de su pueblo, muchas de las cuales ni siquiera le conocían y luego del suceso, a pesar de haberse convertido en el autor del libro de las jineteras, todo el país hablaba de él y era sumamente reconocido. No esperaba que contestara mi mensaje, solo quería que supiera que en Cuba mucha gente le admiraba todavía después de tantos años y que yo, cómo lectora, había quedado muy satisfecha con la realización de su trabajo; no esperaba nada más.

Unos días después mi notificador de correo me trajo una respuesta con remitente de Amir Valle. Me contó todo lo sucedido con el extravío (por llamarlo de alguna manera) de las copias de su libro enviadas a Casa de las Américas, incluida la copia digital. Me dijo, que si hoy encontrara la persona que las había tomado, le daría las gracias, porque yo tenía razón, esa persona lo había lanzado a la fama. Comenzamos a compartir correspondencia habitualmente. Me ha enviado fotos sorprendentes, una de ellas en la tumba de Julio Cortázar, impresionante esa foto de los dos.

¿Es ciertamente Habana Babilonia un testimonio tan real? Quien no haya leído el libro puede pensar que exagero, que nada es tan real cuando de literatura se trata, sobre todo porque se ponen en juego el fabular del escritor y la dramaturgia que necesita cada texto para que sea considerado una obra literaria de estos tiempos. Pero no exagero, Habana Babilonia es un testimonio de dolor, de realidad y supremacía, de sentimientos patrios y libertad, ese alegórico sentir del que tanto hablamos en la Cuba de hoy.

No quiero que este texto vaya a convertirse en la comidilla del momento, escrita por una principiante de escritora que aspira a exaltar la obra de alguien que una vez la ayudó. Para nada es ese mi objetivo. Pero siendo honestos con nosotros mismos, hemos de reconocer cuanto talento se nos ha escapado. Las preguntas vuelan en mi cabeza. ¿Porqué llamamos traidor a quien nos muestra cómo somos, quienes somos?, ¿porqué la verdad es considerada una suerte de malévola y disidente reacción golpista a la política de los pueblos? ¿Por qué la política y el arte son semejantes en los escenarios donde una supera y desecha a la otra sin el más mínimo de los cuidados? No es justo que renunciemos al talento y la superioridad de quienes ven más allá de nuestros ojos y nos muestran cuanto de cruel es nuestra sociedad. Solo somos un montón de ciegos vagantes en las aceras, deudores de un legado que apenas perdura, porque cada día vuela un poco más a kilómetros de nuestra tierra.

Trabajo de la joven escritora cubana Sussette Cordero, La Habana, 17 de octubre de 2010.