Marta Farreras, escritora y crítica española.
Santuario de sombras describe dramáticos y dolorosas anécdotas, tratando la marginalidad y el tráfico ilegal de las personas traspasando la ficción para parecer un relato de la realidad.
La metáfora del título de esta obra, las sombras, son los testimonios reales recogidos entre supervivientes que han intentado atravesar el mar hacia Estados Unidos. Se podría definir la escritura de Amir Valle de literatura humanista; durante las 200 páginas de esta novela criminal desgarradora y de denuncia con un narrador que interpreta vidas, protagonizada por un policía solitario y un investigador criminal, Alain Bec y Álex Varga, intenta crear conciencia de una de las situaciones más crueles que hay en su país, este mundo siniestro que es el de los balseros, familiares de víctimas que buscan justicia de los crímenes cometidos por un grupo de traficantes sin escrúpulos. Los balseros son los verdaderos protagonistas de la novela que relatan sus dramáticas anécdotas y su dolorosa perspectiva.
Una lucha que es dura y tiene momentos tremendos. El dolor de una gente cuyo único objetivo es salir de Cuba, un objetivo largamente planeado que es el exilio.
La novela tiene narradores diferentes, uno por cada personaje principal que se implica en la búsqueda de la justicia. Uno de los personajes muy impactante es el de Ignacio, que cree que sus tres hijos y su mujer siguen vivos. Para ello Amir Valle le hace hablar, en su novela Santuario de sombras, en plural, pero que no es un plural mayestático sino que en la memoria de Ignacio está todavía su familia, sigue pensando que todavía viven. Tendrá que morir para que puedan estar juntos.
Los que han muerto, en Santuario de sombras parece que están vivos. Hay un momento curioso en la novela en que Amir Valle menciona a un personaje el cual es llamando Amir Valle. ¿Autohomenaje? Lo dudo; como es la primera novela que leo de Amir Valle no capto el matiz pero reconforta leer hechos como los que ocurren en un país mitificado, muy mitificado por una izquierda europea.
No queda nada de aquel Fidel que encarnó los sueños ingenuos de los europeos. El escribir sin miedo, sin censura, con libertad, eso sí es uno de los sueños ingenuos de muchos escritores que viven en la isla.
Conrad decía que sobre todo escribía para que la gente viera. Esta novela es para que la gente vea.
Dice Amir Valle que esta novela no se hubiera podido escribir si los verdaderos protagonistas no hubieran permitido con su ayuda todo el aporte de información; es un homenaje, en definitiva, a todos los que han cruzado o intentado cruzar hacia Estados Unidos.
Escrito con emoción, emociona y entristece; sin embargo, su escritura es sobria y para nada lacrimógena. Cuando uno escribe sobre algo tan cercano, sobre un país al que se quiere mucho, tiene que estar en una realidad paralela, pues cuando uno está afectado no escribe. El escribir ficción, ¿es un refugio? Hay una mirada ficticia, una mirada de la imaginación. El libro tiene una vida tan verdadera que, aunque es la cuarta novela de la serie, puede leerse independientemente.
Publicado en las revistas Eldígoras y Letralia en marzo de 2008.