El Tiempo. Bogotá, Colombia, 15 de Abril de 2006
Por Álvaro Castillo Granada
El escritor, nacido en 1967, es uno de los autores más prolíficos e importantes de las últimas generaciones de escritores cubanos.
El periodismo
En Gijón con su libro «Jineteras».
De alma soy periodista, y fue eso lo que estudié. Veo la vida bajo el prisma de una eterna indagación. No creo en los géneros. Empecé a escribir ‘Jineteras a fines del año 89’. Comenzó siendo una investigación para una novela sobre el tema y diversas razones personales me fueron llevando a la determinación de escribir un libro que mezclara periodismo y literatura.
La escritura consciente del libro comenzó en 1995, luego de haber hecho cientos de páginas de apuntes. Su estructura obedece a la información que pude reunir. Necesitaba hablar sobre la historia de la prostitución en Cuba desde el descubrimiento de la isla hasta la actualidad. Para eso el ensayo era lo mejor. Para narrar la vida de la gran entrevistada, una de las jineteras más conocidas en el país, decidí acudir a la narración novelada. Para describir las tipologías de las jineteras utilicé las viñetas».
La escritura
«El proceso de su escritura fue agónico. Primero tuve que transcribir todas las entrevistas, y es algo que odio hacer. Luego, el intento de revivir en el libro tantas experiencias traumáticas fue como volver a torturarme, porque aunque yo lo oí de boca de sus protagonistas y fue una realidad que pude verificar, incluso vivir, se trata de cosas que uno no quiere siquiera imaginar porque tienen que ver con el grado de deshumanización, con los niveles de podredumbre y de miserias a las que ha llegado el ser humano».
La censura
«Recibía cada día cinco o seis mensajes de personas que lo habían leído de modo clandestino porque las autoridades cubanas lo prohibieron. Muchas obras reflejan ese fenómeno como una simple figura más del tropicalismo cubano; otros, utilizan el asunto para intentar atacar al gobierno.
Claro, creo que es en la novela cubana, básicamente con algunos ejemplos de escritores cubanos que publican fuera del país, donde se le está dando una verdadera significación y una mirada honesta, al asunto de la prostitución».
La prostitución no se fue
«Mucho quedó por fuera del libro. Algunos detractores, generalmente oficialistas, han dicho que el libro exagera. Quienes hayan estado en Cuba, viviendo como parte de cualquier familia cubana del pueblo, metido en la vida cotidiana de nuestros barrios, sabrá que a pesar de todos mis intentos, se pueden escribir muchos libros como éste.
Por desgracia es así, aunque algunos pretendan negarlo. Me duele, sobre todo, porque nos dijeron que la Revolución se hizo para evitar que fenómenos como estos existieran. Me duele porque me pregunto cómo pueden prohibir un libro que escribí para alertar sobre la envergadura que ha alcanzado ese trauma social».