Periódico 5 de septiembre. Cuba, 27 de diciembre de 1990
Por Gerardo Trelles Varela
La ilusión de escribir algún día no nació en mi entrevistado por mera casualidad, porque desde su infancia la traía en la sangre, incentivada por sus padres, maestros de profesión, quienes hicieron que a la edad de tres años pudiera realizar las primeras lecturas.
«Desde la niñez di mis primeros pasos en la literatura», expresa Amir Valle, periodista y escritor; luego la adolescencia fue muy activa, «es cuando comienzo a vincularme más a la actividad literaria. Pienso que leía mucho más que el tiempo que dedicaba a estudiar las asignaturas normales de la secundaria».
Es así que de lo simple a lo profundo «comienzo a interesarme por lograr nuevos métodos de lectura e incursiono en el mundo amplio de la historia y de los clásicos de la literatura mundial, aunque para mí es fundamental la ayuda prestada por Aida Bahr y Maritza Ramírez, quienes me vinculan al Taller Literario de mi localidad. De ahí me tomo en serio la labor de crear con la pluma».
«El primer cuento que escribo – indicó Amir – «Abuelo en dos tiempos», lo logro a los 14 años y se encuentra en varias antologías, considerado como uno de los mejores en los últimos tiempos. Después aparece el primer libro Tiempo en cueros, Premio 13 de Marzo, en 1986, mi primera obra publicada.
«En la actualidad poseo tres libros publicados – continuó Amir -, además del primero, Yo soy el malo (cuentos) y En el nombre de Dios (testimonio), Premio UNEAC en 1988. A ello se unen publicaciones en México (dos cuentos sueltos), que por la aceptación que tuvieron allí posibilitaron que varias editoriales españolas lo asimilaran, recibiendo varias propuestas al respecto. En Francia se hacen gestiones para publicar una serie de cuentos míos a través de una sociedad de amigos de Cuba radicados allí.
«Por el momento en el proceso editorial está Matamoscas, libro de cuentos, finalista en el concurso Caimán Barbudo en 1989. Asimismo, escribo otro cuento sobre mis vivencias en el SM (Servicio Militar) y hace unos días culminé una novela iniciada en 1985, titulada Paramorio.
«De mis trabajos el que más quiero es Tiempo en cueros, que logró sacarme de la nostalgia infantil, pero la mejor y más importante resulta En el nombre de Dios, que es donde vuelco todo mi interés en reflejar la gran tragedia del pueblo palestino.
«Sobre la ayuda que proporciona al escritor tener participación en los Talleres Literarios, puedo dar como prueba la amplia cantera formada en la literatura cubana, me refiero a Eduardo Heras, Miguel Barnet, Jesús Díaz, que surgen de ellos.
«No por gusto – finalizó Amir – la literatura está considerada como una de las más fuertes del continente y de la lengua española; de ahí que muchas figuras y obras de enorme calidad formen parte de la historia de la literatura mundial».