En Cuba se escribe en libertad

Revista Amanecer, Año III, No. 99. España, Septiembre de 1999

Por Abdoul Hadi Sadoum, periodista y escritor iraquí.

Portada de la revista que publicó esta entrevista.

Portada de la revista que publicó esta entrevista.

«Cuba sigue viva por su alma y el talento de sus intelectuales». Durante el I Encuentro de escritores jóvenes españoles e hispanoamericanos, hemos entrevistado al escritor cubano Amir Valle, periodista y uno de los novelistas más destacados de la última promoción literaria de la isla. Ha publicado más de ocho libros de narración y testimonios, entre ellos Tiempos en cueros (1988), Quienes narran en Cienfuegos (1993), Ciudad jamás perdida (1998) y Si Cristo te desnuda (1999). Tiene en proceso editorial cuatro libros, uno de ellos va a aparecer en España, que es su novela Las puertas de la noche. El narrador cubano ha obtenido ocho premios nacionales e internacionales, como el Premio Nacional y el Premio de la novela negra Distel Verlag en Alemania. Ha aparecido su nombre en más de una antología de cuentos cubanos, en este año con la Antología de Jóvenes narradores Hispanoamericanos, que publicó en Madrid… En esta entrevista nos habla el narrador cubano sobre la Cuba que ignoramos, sobre el movimiento cultural, sobre el compromiso del escritor y sobre el oficio de escribir.

 

Pregunta: ¿Podemos hablar, con firmeza, de la existencia de la literatura cubana en estos tiempos?

Respuesta: Yo decía en este concluido congreso que se notó mucho la ausencia de los narradores cubanos por razones económicas que no pudieron venir. Pero en este momento en Cuba podría hablar que hay actualmente más de 60 nuevos escritores con mucha fuerza y que han ganado muchos premios nacionales e internacionales con una producción que no cesa. Se habló en la etapa de los 80 y de los 90 del sufrimiento de una promoción que se llamó la generación de los novísimos, y ahora hay otra promoción que está surgiendo, que también, con una cantidad de escritores bastante grande, nacieron a partir de 1975. Esto, por supuesto no surgió de la nada, se debe a la actual fractura cultural que se ha creado en el país en los últimos años, que permite mediante una gran cantidad de concursos y de publicaciones, el premiar a autores jóvenes inéditos y dar a la luz nuevos nombres en todos los géneros. Es decir, lo que pasa con la narrativa, pasa con la poesía, la literatura infantil, el ensayo e incluso en géneros tan raros como la literatura policíaca y la literatura científica. Sí, existe una gran cantidad de escritores, por lo que en este momento se dice que en Cuba ya existe una promoción tan numerosa y de mayor calidad en toda la historia de la literatura cubana.

 

P: ¿Entonces, con tantos escritores jóvenes, que características nuevas tiene la nueva generación? ¿Es una literatura seguida de Lezama Lima y Cabrera Infante, o incluso la del maestro Carpentier?

R: Hay un grupo bastante grande, que no sigue solamente a Lezama Lima, o el grupo de Orígenes, sino que también sigue otro de los grandes de la literatura cubana, que fue la literatura de grupo (Ciclón) que fue el grupo que, de algún modo se pasó a la estética del grupo Orígenes, encabezada por Virgilio Piñera. Todos estos escritores, han marcado una pauta que han seguido algunos escritores. Pero la tónica general, es una literatura que bebe tanto de la fuente carpenteriana, como de la Lezamiana, incluso algunos casos de Infante, alguna cosa de Reinaldo Arenas o de Benítez Rojas, es decir algunos escritores del exilio, unos fallecidos, por ejemplo Severo Sarduy, con toda la experiencia nacional de la Isla y entonces de literatura muy rica tanto en cuanto hace propuestas estéticas muy arriesgadas como por sus propuestas críticas en su análisis de la ideología y de la sociedad. Y en muchos modos, más desenfadada a la hora de analizar el tema de la relación escritor-sociedad, escritor-historia. Es decir, hay desenfado a la hora de abordar esos temas.

Y por suerte, en todos los casos, hay un gran nivel de claridad.

 

P: ¿Y qué márgenes de libertad tiene el escritor cubano hoy en día?

R: Puedo decir que en Cuba se escribe en toda libertad. Uno de los logros de toda la literatura y cultura que se había creado, sobre todo a partir de la iniciación de escritores, intelectuales y artistas en los medios políticos del país, que tienen que ver con la cultura, con el arma con que se rige la cultura.

A partir de eso, se ha logrado crear un ambiente más propicio, por ejemplo ya te puedo mencionar que la literatura del exilio, es decir la que escribe fuera, está siendo vista ya con toda la naturalidad.

Y que incluso se plantea un acercamiento de esos escritores hacia la cultura de la Isla y los escritores de la Isla hacia esa otra forma de cultura que ya se entiende simplemente como una cultura cubana. Se habla de las dos orillas, es decir de la unión de dos orillas.

 

P: ¿Hay oportunidades para la nueva promoción de publicar sus libros?

R: Sí, te voy a poner dos ejemplos sencillos. Por ejemplo existe la colección Pinos Nuevos, que es uno de los grandes inventos que se ha hecho en la Revolución, sobre todo por esta solidaridad que existe en Cuba. Con la ayuda argentina, surgió la idea de editar 100 libros de autores inéditos jóvenes. La financiación argentina era en la l a etapa, y en la 2 a y 3 a edición, el Instituto Cubano del Libro asumió la financiación de estas ediciones, de las que en los últimos años han salido más de 300 escritores jóvenes, inéditos todos. La mayoría de los escritores jóvenes en Cuba tienen la posibilidad de publicar y la publicación existe para todos modos.

 

P: Cuando hablamos del realismo mágico, la revolución narrativa de América Latina, señalamos a las raíces en la literatura cubana (Carpentier, precisamente…) ¿Cree que el continente se ha alejado mucho de su origen brillante, especialmente en el caso de la nueva promoción?

R: El realismo mágico, que yo lo llamo como Carpentier, lo real maravilloso americano, y me parece que es el mejor término, y que el término realismo mágico es más comercial. Carpentier se refería a ese término como esa realidad maravillosa que siempre hay en los países americanos y en el tercer mundo. En el caso de Latinoamérica, este fenómeno se consideró con el Boom y por supuesto el Boom es entendido, no sólo como una creación de términos escriturales, sino también como fenómeno comercial. En Cuba el fenómeno Boom fue un fenómeno frustrado…, por supuesto, los maestros de nuestra promoción, han sido las figuras del Boom, pero en Cuba puedo decir que gracias a este fabuloso sistema que inventó Carpertier, precisamente cuando era el director de la imprenta nacional, nos dio acceso a más allá del Boom también. El Boom era tan importante para nosotros, pero a favor de este acceso en ese mismo período a toda la novela inglesa, soviética, americana, la nueva novela francesa, a toda la novela, incluso de la de ambiente oriental. Es decir, todo este sistema de lectura hizo que «El Boom» nos haya hecho respetar a estas figuras, que hicieron una labor realmente creativa muy importante para la literatura.

Ahora en el caso de los escritores jóvenes cubanos, sencillamente empiezan por todo este nivel de influencia. Pero también hablan en Cuba sobre la vuelta de la literatura realista, que es un tipo de realismo más crudo, un tipo más seco, un realismo que no desdeña en ningún momento toda la conquista de lo real maravilloso. Pero que asume también otro modo de narrar, a partir de la misma realidad, la misma en la que se vive. Por eso, la literatura cubana hoy es menos ligada al Boom.

 

P: Ante el «oficio» de escribir y ser escritor, ¿dónde está su primer compromiso?

R: Yo pienso que el primer compromiso que tiene el escritor es consigo mismo. Yo siempre he dicho que el mundo tiene más de una vista. Para los cubanos, en especial, los escritores jóvenes, el compromiso está con su obra. Es saber lo que estamos haciendo, debe cruzarlo antes de la frontera del país, es decir debe entrar en la cubanía y salir hacia el país. Éste es el primer compromiso. Ya una vez hecho esto, allí está todo tipo de compromiso revolucionario, en el mejor y más amplio sentido de la obra, en el mejor sentido, incluso político. Deberíamos entender que el escritor puede ser el mecanismo del desarrollo, de la intelectualidad hacia el bien. Y éste, en mi opinión, es el mayor compromiso del escritor. El compromiso político también, es buscar a una manera de llegar humanamente hacia el problema del ser. De este punto, el compromiso del autor es honestamente decir todo lo que piensa, sea social, político o histórico.

 

P: Quizá eres el primer escritor cubano de la nueva promoción que escribió sobre el mundo y la causa árabe, ¿de dónde venía esta experiencia?

R: Primero hay que conocer que los árabes son gente muy humana. Además tienen mucho que ver con los latinos. Me llamó la atención que simplemente por la casualidad que yo tuviera un nombre árabe un grupo de árabes se acercaran a mí. Eran palestinos y de allí empezó mi investigación sobre ellos. Hemos vivido juntos mucho tiempo, y algunos de ellos incluso murieron en distintas guerras y atentados contra el pueblo palestino. Esto me enseñó sobre todo a entender el conflicto árabe, en una perspectiva más humana, más directa. Conocer a los palestinos y también a grupos de iraquíes, sirios e incluso sauditas, me dio la posibilidad de entender la realidad y empecé a preocuparme más por esa sociedad. Por ello mi tesis de graduación precisamente trata sobre el reflejo del mundo árabe en la isla cubana. En ella trato de que se entienda la imagen de esa sociedad, de cambiar la mirada hacia los árabes como tipos malvados en las películas y de hacer ver que ellos también aman, sufren y, por desgracia, tienen que vivir en una sociedad que les ha tocado vivir en un mundo sellado por la guerra y la muerte. Eso a mí me movió muchísimo y me abrió la puerta hacia mi búsqueda personal de contacto con esa identidad, que está muy unida con nuestra identidad cubana. A partir de allí nació todo, nació mi libro En el nombre de Dios y luego la segunda, Con Dios en el camino, y de allí nacieron los testimonios de algunas investigaciones sobre la religión musulmana en Cuba, las influencias arquitectónicas en la cultura cubana, etc.. Así podemos decir que nació el interés por el mundo árabe y musulmán, y como buena prueba, mi libro sobre la causa palestina se está estudiando en los institutos cubanos especiales, y espero que sea traducido al árabe próximamente.

 

P: ¿Amir es uno de los escritores que escriben porque no sabe otra cosa que hacer?

R: Yo sé hacer periodismo y ser carpintero, oficio que me enseñó mi padre. Sé ganarme la vida en la radio, la tele…etc. Pienso que para mí es más importante a veces escribir, saber que en algún sitio hay quien está pensando en mí y que más allá millones de lectores leen mi obra. Al mismo tiempo hay que aprender, y yo lo he aprendido, que escribir es lo más rico que hay en la vida y lo más difícil por el nivel del compromiso con lo que adquiere tu obra.